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no violencia

25 septembre 2008

no violencia

 

La ley de nuestro ser

 

Observo con gran temor un incremento del poder político del estado, porque aun cuando aparentemente actúe bien reduciendo la explotación, le causa un enorme daño a la humanidad pues destruye la individualidad que existe en la raíz de todo progreso.

 

El estado ideal es aquel en que no hay ningún poder político, en virtud de la desaparición del estado. Pero en la vida nunca se realiza por completo el ideal. De ahí la afirmación tan conocida de Thoreau, de que el mejor de los gobiernos es aquel que gobierna menos.

 

En mi condición del cobarde que fui durante años, yo albergaba violencia; sólo comencé a apreciar la no violencia cuando pasé a despojarme de esa cobardía. Todo hombre que profese la no violencia nada puede hacer excepto por la gracia de Dios. Sin ella, no tendría el coraje de morir sin ira, sin temor, sin ánimo de venganza.

 

No violencia y cobardía

 

 

Para que sea civil, la desobediencia tiene que ser sincera, respetuosa, mesurada y carente de cualquier recelo. Debe apoyarse en principios muy sólidos, no verse jamás sometida a caprichos y, sobre todo, no dejar que la dicte nunca el rencor o el odio.

 

En la democracia que imagino -una democracia establecida por la no violencia- habrá idéntica libertad para todos. Cada cual será su propio amor

 

Si me postro ante Satanás, no hay nada que me autorice a esperar los resultados que Dios concede a quienes lo adoran. Habría que considerar una locura peligrosa la idea de que uno dijera: "Tengo intención de adorar a Dios; poco importa si, para ello, recurro a la ayuda de Satanás. Se recoge exactamente lo que se siembra proteccion de datos".

 

La mejor alianza

 

La religión de la no violencia consiste en brindarles a todos los demás el máximo de comodidad con el máximo de incomodidad para nosotros, aun a riesgo de nuestras vidas.

 

 

Debemos elegir entre aliarnos con las fuerzas del mal o con las fuerzas del bien. Rezarle a Dios no es más que una alianza sagrada entre Dios y el hombre. Alianza por medio de la cual el hombre consigue librarse de las garras del príncipe de las tinieblas.

 

La auténtica moralidad consiste, no ya en seguir caminos trillados, sino en encontrar por nosotros mismos el verdadero camino que nos conviene y en seguirlo de manera intrépida.

 

La vida humana es una serie de responsabilidades: no siempre es sencillo llevar a la práctica lo que fue discernido como verdad. No soy más que un humilde pionero de la ciencia de la no violencia. Su profundidad oculta me causa escalofríos a veces, así como hace temblar a mis compañeros de tareas.

 

 

Error y verdad

 

 

 

Un error no se convierte en verdad por el hecho de que todo el mundo crea en él. Tampoco una verdad puede convertirse en error cuando nadie adhiere a ella.

 

 

En el cielo, el sol llena el universo entero con su calor vivificante; pero, si alguien tratase de aproximarse a él, sería reducido a cenizas. Es lo que ocurre en referencia a la Divinidad: nos volvemos semejantes a Dios a medida que practicamos la no violencia. Pero jamás podemos volvernos totalmente iguales a Dios.

 

Cuando admiro lo maravilloso de una puesta del sol o la luminosa belleza de la luna, mi alma se expande en la adoración del Creador. Trato de discernirlo con su perfección en todas sus criaturas. Pero tanto la puesta como la salida del sol me significarían obstáculos si no me ayudasen a pensar en Dios. Todo lo que impide que el alma alce vuelo es ilusión, trampa. Nuestro cuerpo también, muchas veces, resulta un estorbo para nuestro rumbo hacia las alturas.

 

El mundo de la no violencia

 

En la autonomía basada en la no violencia, nadie será enemigo de nadie, cada cual contribuirá en su medida al bienestar común. Todos sabrán leer y escribir, y sus saberes aumentarán días tras día. La enfermedad y los males estarán reducidos a un grado mínimo. Nadie será indigente y el trabajador siempre encontrará empleo. Bajo tal gobierno no habrá lugar para el juego por dinero, la bebida, la inmoralidad ni el odio clasista.

 

Jamás se realizarán suficientes experiencias y sacrificios para alcanzar el grado de perfecta armonía con la naturaleza. Infortunadamente, en nuestros días la corriente va en sentido contrario, con una fuerza tremenda. No se vacila en sacrificar montones de vidas para rodear de comodidades y de obsequios a un cuerpo perecedero, o para prolongar durante algunos instantes su efímera existencia. De este modo, condenamos nuestro cuerpo y nuestra alma a la perdición.

 

 

Qué provoca todo movimiento millonario renovador

 

Todo movimiento que merezca de verdad ese nombre pasa por cinco fases sucesivas: la indiferencia, las burlas, las injurias, la represión y la estima. Ya hemos conocido la indiferencia durante varios meses. Luego, el virrey se ha burlado muy amablemente de nosotros. Vimos cómo a continuación se iban sucediendo las injurias y los informes mentirosos. Los gobernadores provinciales y la prensa hostil hicieron todo lo posible para llenar de injurias a nuestro movimiento. Nos topamos ahora con la represión que, por el momento, se encuentra en una etapa moderada.

 

Para resultar eficaz, la no violencia exige una voluntad decidida a aceptar el sufrimiento. No se trata para nada en un someterse servilmente a la voluntad del tirano sino de oponerse con toda el alma a sus abusos. Respetando esta ley de nuestro ser, un solo individuo puede llegar a desafiar todo el poder de un imperio basado en la injusticia y -dejando a salvo su honor, su religión y su alma- logrará fracturar los cimientos de tal imperio, o promover su regeneración.

 

Todo movimiento que sobrevive a la represión -moderada o cruel impone invariablemente el respeto, lo cual es sinónimo de éxito. Si somos fieles, esa represión puede ser considerada como signo precursor de la victoria. Pero para ser fieles, no debemos dejarnos intimidar en ningún caso. Mucho menos debemos dejarnos llevar por la cólera, a un acto de venganza o de violencia. La violencia es un suicidio.

 

El éxito de un movimiento

 

 

No critico a los británicos. Si nosotros fuésemos numéricamente tan débiles como ellos, quizás habríamos recurrido a los mismos métodos. El terrorismo y la mentira son las armas que utilizan los débiles y no los fuertes. Los británicos son numéricamente débiles: nosotros somos débiles a pesar de nuestro número. De aquí se deduce que cada cual arrastra al otro en su caída. El hecho es notorio: los ingleses pierden fuerza de carácter después de una estancia en la India y, en contacto con ellos, los hindúes pierden coraje y virilidad. Este proceso de debilitamiento no es provechoso para nuestras dos naciones ni para la humanidad. Pero si nosotros, los hindúes, tomamos nuestra suerte en nuestras manos, los ingleses y el resto del mundo se ocuparán de sus propios asuntos. Por consiguiente, nuestra contribución al progreso del mundo tiene que consistir en poner orden en nuestra casa.

 

Liberación de la India

 

No pretendo únicamente liberar a la India del yugo inglés. Estoy decidido a liberarla de todas las formas de esclavitud que pesan sobre ella. No tengo ningún deseo especial de cambiar un rey inútil por un rey que nos explote. Por eso he fundado el movimiento del swaraj (autonomía), en el que se le exige a cada cual que se purifique interiormente casas en castelldefels.

 

No me interesa prever el futuro. Sólo me ocupo del presente. Dios no me dio controles sobre el instante venidero. Existen esperanzas de que el hombre violento sea no violento algún día. Pero no hay esperanza alguna para el cobarde. Por eso, más de una vez dije que si no sabemos cómo defender a nuestra propia persona, a nuestras mujeres y nuestros lugares de trabajo, por la fuerza del sufrimiento -o sea, la no violencia- debemos estar dispuestos a defenderlos, si somos hombres, mediante la lucha.

 

El poder de los gobernados

 

Hasta a los gobiernos más despóticos les es imposible permanecer en el poder sin el acuerdo de sus gobernados. Es verdad que el déspota cuenta muchas veces, gracias a la fuerza, con el consentimiento del pueblo. Pero apenas el pueblo deja de temer la fuerza del tirano, su poder se derrumba.

 

¿Cuáles son los sacrificios que exige de nosotros la no colaboración? Debemos soportar de buena gana las privaciones y los contratiempos en que corremos el peligro de caer, después de haber retirado nuestro apoyo al equipo que gobierna contra nuestra voluntad. Thoreau declara: "Es criminal detentar un poder y poseer riquezas bajo un gobierno injusto. En este caso, la pobreza es una virtud".

 

Las experiencias y pruebas por las que pasé me sostuvieron y me dieron inmensas alegrías. Aunque sé que todavía tengo frente a mí un camino difícil de atravesar. Tengo que reducirme a mí mismo a la nada. En tanto el hombre, por libre decisión, no se sitúe en el último escalón de la especie, no habrá salvación para él. La no violencia es el límite más recóndito de la humildad

 

Combatir al mal

 

Puede ser que cometamos errores durante la fase de transición. Podrían evitarse ciertos sufrimientos. Pero, de todas formas, esto vale más que ver castrada a toda una nación.

 

Para obtener reparación de la injusticia, debemos negarnos a esperar que el culpable tome conciencia de su iniquidad. Hay que evitar hacerse cómplice de esa iniquidad, por miedo a sufrir nosotros mismos o ver sufrir por ello a los demás. Por el contrario, hay que combatir el mal dejando de proporcionar nuestra ayuda al malhechor, de una forma directa o indirecta.

 

Es una costumbre deplorable decir que son falsos los pensamientos de otro para pretender a continuación que sólo los nuestros son exactos. Es no menos lamentable considerar a los que tienen opiniones distintas de las nuestras como enemigos de la patria.

 

No colaborar con la injusticia

 

Si un padre se hace culpable de injusticia, sus hijos tienen la obligación de abandonar el techo paterno. Si el director de una escuela dirige su colegio sin respetar las reglas de la moral, los alumnos deben abandonar esa institución,. Si el presidente de una sociedad se dejara corromper, los miembros de la misma que no quieran ensuciarse las manos tienen que dimitir. Del mismo modo, si un gobierno cometiera una injusticia grave, el ciudadano tiene que retirarle su colaboración en todo o en parte, impidiendo que los dirigentes cometan sus fechorías. En todos estos casos, nos encontramos con un elemento de sufrimiento moral o físico. Sin ese sufrimiento, sería imposible llegar a la libertad.

 

Si estuviese seguro de encontrar a Dios en una caverna del Himalaya, iría hacia allí de inmediato. Pero sé que sólo se encuentra en el corazón de la humanidad.

 

Dios no es una persona. Es la potencia misma, la esencia de la vida, conciencia pura e inalterable. Es eterno. No obstante, resulta curioso cómo algunos son incapaces de recibir de esta presencia viva y omnipresente todo el provecho y la ayuda que ella irradia.

 

Tradición y reforma

 

El hombre de verdad no está obligado a ajustarse siempre a la tradición. Debe estar dispuesto a convertirse en reformador y, si él mismo descubre que cometió errores, tiene que reconocerlos públicamente, sean cuales fueren las consecuencias, y hacer lo posible para corregirlos.

 

 

No soy un visionario. Intento ser un idealista con sentido de la realidad. La religión de la no violencia no está reservada únicamente a los rishis (visionarios) y a los santos. Está destinada a todo el mundo.

 

Debemos hacer que la verdad y la no violencia sean practicadas por grupos y comunidades, no apenas por individuos. Tal es mi sueño: viviré y moriré tratando de llevarlo a cabo. Mi fe me ayuda a descubrir verdades nuevas todos los días.

 

El ayuno

 

Mi concepto de chalet y la no violencia no me lleva a escapar del peligro y dejar sin protección a mis seres queridos. En la alternativa entre la violencia y la fuga cobarde, sólo podría preferir la violencia en vez de la cobardía. Tampoco puedo recomendarle la no violencia a un cobarde, así como no puedo invitar a un ciego a que disfrute espléndidos panoramas.

 

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  • Ahimsa, concepto hindú traducido habitualmente como no violencia y que es central en el pensamiento gandhiano, resume la vocación de absoluto respeto hacia toda entidad viviente, ya sea humana o animal, pues la vida es considerada como Una y Sagrada. Expan
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